miércoles, 22 de junio de 2011

Todo es muy extraño

¿Nunca has tenido esa sensación de que, cuando descubres algo por lo que habías sentido una indiferencia tan grande que hasta podías confundir con adversidad, te comienza a gustar tanto que tienes miedo? Malditos quinceemeros, ahora tengo un sutil interés por la política que me hace pensar... ¿me estaré convirtiendo en lo que nunca quise ser, o es justo lo contrario?

Hay quien dice que esto es vocacional, pero lo descarto: nada que nos afecte a todos puede ser vocacional, es más, debería venirnos de serie. Aunque claro, si fuese así, ¿quién se iba a aprovechar de nosotros? Y aquí nace la leyenda de una conspiración (¿Conspiración? ¡Pero si todos lo sabemos!). La política es un mundo complicado, más por los aspectos que comprende que por su terminología en sí. Un buen político debería saber sociología, economía, inversión, activismo, pornografía, golf, música de tendencia suicida... no os lo podéis imaginar. Lo peor de todo es que, en cuanto aprendes poco, tienes la sensación de que has aprendido demasiado, y si eres un poco fanático te arriesgas a perder tu vida pasada para convertirte en un producto del combate entre ideologías. Es tremendamente grotesco.

Sin embargo, y como todos sabréis, hay un movimiento surgido en España conocido por varios nombres: 15M, Spanish Revolution, Democracia Real Ya y varios nombres pegadizos más, seguramente inventados por el discípulo de Risto Mejide. Pero que no te engañe mi ácido tono para con esta gente que considero "mi gente", aunque tenga diferentes nombres y se estructuren como diferentes plataformas, al final todo es lo mismo; sus diferencias son inapreciables en comparación con sus similitudes. Hay gente de todo tipo: obreros, gente de izquierdas, gente que no es de derechas... podría estar todo el día numerando. Nuevamente, no deseo que me malinterpretéis (aunque para algunos eso de "malinterpretar" os pueda sonar a burla), simplemente es una tendencia lógica: si bien es un movimiento que para nada está constituido como de izquierdas, sí es verdad que nuestros hamijos "Les fachas" no desean saber nada de ello, incluso evitan que les relacionen de cualquier forma con alguien interesado o activo en él. Supongo que es normal: a quien vive mejor que los demás no le interesa que todos vivamos igual.

En Torrevieja especialmente, el panorama es una mezcla entre esperanzador y cómico: desconocía hasta ahora que en este pueblo hubiese gente tan dispar e interesante, gente con los que puedes mantener una conversación alternativa que no trate sobre plantaciones de marihuana, Gran Hermano y José Mourinho. Os puedo asegurar que no hay ninguno normal, empezando por filósofos de dudosa moralidad, continuando por politólogos que se ríen de la misma vida, y finalizando por un sinfín de degenerados, trastornados y buena gente en general. Un amor.

¿Qué nos depara el futuro? Seguramente nada bueno. Pero que nos quiten lo bailao'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario