jueves, 27 de septiembre de 2012

Y me quedé dormido...

... pensando en el mar, pues a él me recordaba nuestra respiración. Acercándose a la orilla, dejándose llevar por la resaca...

jueves, 2 de agosto de 2012

Aire

Cual obseso colecciono
todos los olores que dejas.
En cada sitio, en cada momento,
como el puzzle más complejo
en el que veré tu vida, y la mía.


Y me detengo sonriendo
en la esquina donde nos abrazamos ayer,
en ese sitio donde te robé un beso
o en tu calle, que no existía hasta que te conocí,
o quizás no existía yo.


Y sonrío al pensar
que la gente camina sin ver los recuerdos en el aire.
Creyendo que la muerte es el sueño eterno
mientras que para mí vivir en el infierno
sería aprender a vivir sin respirarte.

sábado, 7 de julio de 2012

Parte de mí

Sé que no es fácil andar
sobre las piedras que tapan el camino.
Cuando las pisas desaparecen y te dejan caer,
y una vez más, volver a empezar.


Pero cada noche
yo te estaré esperando.
Limpiaré tu sudor con mi aliento
y mi calor será el tuyo.
No señalo,
no juzgo,
comprendo, escucho.

Hace tiempo que me di cuenta
de que eras parte de mí.

miércoles, 27 de junio de 2012

Un segundo más.

Hoy me he quedado, como siempre, viendo desde el otro lado del cristal de la puerta cómo te alejabas y desaparecías. He pensado que mi alma por un segundo más contigo era un precio muy bajo.

lunes, 25 de junio de 2012

Diferente.

Perdí el miedo a las alturas
cayendo una y otra vez por tus cabellos,
olvidé lo que era un mal sueño
desde que me acunaste con tu sonrisa.

Pensaba que este mundo era muy diferente,
pero la realidad es que nunca lo había conocido.
El cielo me devuelve el eco de cada suspiro
y si lo deseo lo lleva hasta ti.

Ya no existe el silencio,
en su lugar siempre hay un recuerdo:
la primera vez,
la segunda,
y ese Jueves por la tarde
que sonreíamos como siempre,
que nos besábamos como siempre,
pero que nunca fue igual.

Quiero,
y si las verdades a medias son mentiras
diré: "Te quiero".

miércoles, 6 de junio de 2012

Pulgas tras el velo, Quinto acto

Aire como ponzoña rodeaba el lugar, y sin caer en quién soy ni dónde debo estar miro el rostro suspendido, allí aguardaba con su inexpresiva mirada... mi querida máscara de porcelana. Noto la fría brisa , ¿era ese el rostro de mi desdicha? Intento alcanzarla y creo que se aleja, pero la realidad es que no tengo brazos que la acojan, dedos que la acaricien ni corazón que esconda.  


Las risas golpean en mi pecho, y el eco en aquel pozo cada vez más hondo habla por sí mismo, nada termina, nada se repite, quien no camina en la oscuridad se derrite. La conocida rata se acerca sin usar su arte del sigilo, con la cola alzada y gesto mezquino. "Acéptalo, sé Miedo, de ti es todo lo que quiero. No importa que te mantengas así, sin corazón nunca saldrás de aquí". No me atrevo a alzar una ápice mi mirada, y noto cómo mermo en mí mismo, buscando que entre ese ser y yo haya un abismo. "Ahora no estás en tu tarima donde te escondes de las miradas del público, éste es mi reino y sólo mío, harás lo que yo te digo". 


Noto un escalofrío recorriendo mi espalda. No es un sentimiento, son las pequeñas patas que se deslizan, ascienden... muerden mis rodillas, lamen mis ojos y se abren paso en mi pecho como si fuera un despojo. Ríen pulgosos, engullen todo lo que bondad les parece, el cansancio me estremece y noto como incluso la esperanza desaparece. Suave viento de áspero tacto... la obra más triste que conocía acababa con la oscuridad, triste acto...


"Yo soy tu amo, tu corazón reclamo"


Pero no fue El Miedo quien habló, sino que de ninguna parte surgió. Entre la espesura negra levitaba la porcelana que de rostro había cambiado, ahora fiero observaba desde las alturas. Sus ojos se encendieron como antorchas, aunque... parecían luceros, y las pequeñas ratas gritaban de dolor hasta desintegrarse y dejar atrás el clamor. La batalla entre El Miedo y El Amor disputaba mi corazón, y el choque de energías me empujó a un agujero de luz, donde caí y pronto entre mis pensamientos me perdí. Cerré los ojos... y pensé en ella, "Gracias, pronto estaré junto a ti".


Desperté en un suelo adoquinado, y el viento del exterior atizó mi cabello despeinado. Recordaba aquel lugar, miré alrededor, y encontré un gran teatro de aspecto singular, el retrato de un asesino apunto de degollar. Comprendí que allí había vivido durante todo éste tiempo y ahora era libre... pero aún no.


Me agaché y cogí la pequeña máscara que en el suelo aguardaba, aún la necesitaba. Había alguien dentro que me estaba esperando, e iría a salvarla igual que ella me había salvado. El último réquiem de un actor renovado.

viernes, 1 de junio de 2012

Melodrama de un amor perfecto

"Aquí estamos, totalmente solos en nuestro propio universo.
Somos libres, todo está permitido y el amor es lo prioritario."