Sé que no es fácil andar
sobre las piedras que tapan el camino.
Cuando las pisas desaparecen y te dejan caer,
y una vez más, volver a empezar.
Pero cada noche
yo te estaré esperando.
Limpiaré tu sudor con mi aliento
y mi calor será el tuyo.
No señalo,
no juzgo,
comprendo, escucho.
Hace tiempo que me di cuenta
de que eras parte de mí.
Hasta el camino más pedregoso puede resultar fácil de caminar, si se recorre con la compañía adecuada. No dejes de esperar cada noche...
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