jueves, 21 de julio de 2011

Otro que se escapa

El Míercoles 20 de Julio del 2011, el señor Francisco Camps, presidente de la Generalidad Valenciana, presentó su dimisión. Afirmó que, pese a esto, el era "inocente, completamente inocente", y al parecer, el salpicón que podría caer a su queridísimo partido político podría haber sido gordo. Algunos se alegrarán, otros lo lamentarán, y sus más fieles seguidores lo recordarán como ese héroe que sacrificó su puesto por el bien de un colectivo como es el Partido Popular.

Sin embargo, y gracias a una compañera estudiante de derecho (Miriam G., un saludazo), algunos hemos descubierto que la realidad no es ni de una manera, ni de la otra. Todos los que querían (queríamos) verle picar piedra a este esperpento nos emocionamos cuando vimos que en ese libro de monólogos que llaman La Constitución, en el artículo 420 CP, contemplaba que una pena por cohecho impropio (imputación adjudicada a Camps), era de 2 a 4 años de prisión, de 12 a 24 meses de multa e inhabilitación de empleos o cargos públicos de 3 a 7 años. A algunos nos sonaba aún bastante injusto (sobre todo el último punto, que considerábamos que era de cajón que alguien así estuviese inhabilitado de por vida, ¿o acaso a un médico que hace mal su trabajo no le quitan la licencia para ejercer?), pero nos encontramos con una cruda realidad.

Agárrense: las imputaciones por la trama Gürtel fueron asignadas antes de que esta reforma fuese vigente (desde Nochebuena del año pasado). Por ello, esta gente, entre ellos el señor Paco, se someten a la antigua normativa, la cuál dictamina en el artículo 426 CP que la pena por cohecho impropio es de una multa de entre seis y tres meses. No busquen más, es que no pone nada más.

Concluyendo, los que pierden no pierden tanto, y los que ganan, no ganan nada. Creo que estas son las cosas que pasan cuando con individuos como estos nos atenemos a lo que pone en un librejo en vez de dejarnos llevar por el sentido común. Dudo que este tipo vuelva a la política si finalmente es declarado culpable, pero seguro que lo que le queda de vida vivirá tranquilo, e incluso igual hasta le vemos de veraneo por Torrevieja, como buen hijo adoptivo del pueblo que es. Mi propuesta es que, si bien a niveles legales no tiene ningún tipo de validez, hagamos saber todos aquellos que no nos conformamos con esa irrisoria multa que lo que queremos para él es que se dé cuenta de que "eso no se hace". Bien sea a través de firmas, o haciendo uso de cualquier plataforma de Internet que tengamos la seguridad de que vaya a tener la suficiente repercusión como para que esos de arriba se enteren de que el pueblo está descontento.

Porque el pueblo está descontento.

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